jueves, 29 de marzo de 2012

GRUPO 5

SILVIA BORGHI
Ayer,10 años que inicié mi camino migratorio. Salí de la ciudad de donde creí jamás irme. El corazón agitado y el cuerpo dispuesto.
Lo mío fue por amor... pero de tintura romanticona, poco...
Migré de preferencias.
Migré de amigos, de tamaños, de calles.
Cambié una bicicleta por tres medios de transportes.
Mucha adrenalina, desconocida.
Migrar implica por lo menos endurecer la piel.
Migrar, en un principio te deja desnuda de ser. La necesidad es urgente: dejar los bolsos, los recuerdos, sacudirte la nostalgia, olvidar querencias. Ya no un DNI.
Migrar te da herramientas, pero hay que tomarlas: ojos nuevos, alma permeable, manos disponibles, amores prontos.
Fue difícil, pero pude, puedo, reinventarme.
Un clavado a mi archivero, 10 años de burocracias. Formas migratorias, pasaportes varios.

4 comentarios:

  1. Borghi, con una hache mudita... jajaja, y probando blog. Besos

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    1. yo tuve una vez una migración (cuasi) forzosa,migre en cuerpo pero no en alma
      me resistí con todas mis fuerzas
      con todos los dolores y los olores...no fue por amor...mas bien...
      esa es MI migrancia...
      el exilio....
      la forzada.....

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  2. Vir, ese modo es mucho más doloroso, sin dudas, y los latinoamericanos, casi todos, tenemos historias de esas para contar, muchos que tuvieron que migrar sin el deseo de hacerlo, y también de esas historias, se construyeron estos pueblos.

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  3. En mi caso, he vivido varias migraciones en mi vida. De todas he aprendido y algunas las he sufrido mucho. Ahora me encuentro en una en la que parece que no la vivo yo, sino que me la cuentan. Por eso no dejo de absorber todo aquello que se mueve, que migra, que vive, que aprende.

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